Cuando se habla del gran ciudadano venezolano Andrés Bello, se debe tener en cuenta que su vida y toda su producción intelectual tiene sentido y alcances educativos. En sus escritos e investigaciones literarias, científicas, jurídicas, y en su poesía misma, se puede descubrir una intención pedagógica porque están dirigidas a corregir, enseñar o promover conductas, en un país y en un Continente que buscaba su cabal ubicación en el mundo de la cultura[1].
La situación social, económica y política de la Venezuela de los años 1810 – 1820 estaba atravesada por el proceso de independencia; en este contexto de guerra y de conformación de una nueva nación, el ilustre Maestro Andrés Bello inspiró mediante su genio pedagógico las conciencias de los ciudadanos venezolanos y de toda la región latinoamericana. Venezuela había ganado la independencia política pero la libertad estaba todavía lejos de ser conseguida.
Dada la larga estadía de Andrés Bello en Inglaterra, y debido al gran conocimiento político y cultural que poseía sobre Europa, el Maestro de América pudo observar cómo las letras y la herencia intelectual de Grecia y Roma -reclamadas después del periodo de oscuridad que significó la edad media- fueron las que propiciaron el inicio del movimiento político que liberó nuevamente a Europa de la dominación autoritaria monacal.
…en efecto las ideas predominantes en la ilustración fueron la razón y el humanitarismo, la fe ciega en las luces como base de la democracia. La Revolución Francesa se afincó en los ideales de la libertad y de la educación pública para todos… Desde la Asamblea los revolucionarios franceses proclamaron una educación pública igual para todos: “nadie quedará dispensado de enviar sus hijos a la escuela del ciudadano… Los hombres de la Enciclopedia, especialmente Diderot, se habían pronunciado por el valor de la educación. Decía este que “es más fácil oprimir a un campesino analfabeto que a otro que sepa leer y escribir[2].
La idea de un pueblo educado como base para alcanzar la libertad fueron propagadas por el Maestro Bello por toda Latinoamérica, logrando así hacer carne y espíritu en los libertadores y hombres de letras que forjaron la Independencia de América. Es así, como en el congreso de Angostura en 1819, Simón Bolívar expresaba: “No puede haber libertad donde hay ignorancia. La esclavitud es hija de las tinieblas. Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción”. Al respecto Simón Rodriguez[3] afirma: “El fundamento del sistema republicano está en la opinión del pueblo, y ésta no se forma sino instruyéndolo. Nadie hace bien lo que no sabe, por consiguiente nunca se hará República con gente ignorante.
Un pueblo educado es libre porque conoce y puede exigir sus derechos humanos. En este sentido, la ERE, como disciplina adscrita a la Educación desde el ámbito sagrado, también debe formar en los estudiantes la conciencia de ser sujetos de derechos que también tienen unos deberes para la sociedad. En la medida que el estudiante tenga un autoconocimiento de sí mismo como sujeto de derecho y deberes tendrá herramientas para exigir su libertad ante un sistema que la más de las veces lo oprime y lo aplasta.
De igual forma, la Educación Religiosa Escolar, desde la perspectiva de Andrés Bello sobre la educación como medio para conseguir la libertad, debe ir corrigiendo en los estudiantes aquellas conductas humanas que no favorecen el desarrollo social y comunitario del país.
Un pueblo latinoamericano que no está educado desde la libertad y la igualdad -que posibilita esa relación con lo sagrado- será siempre un pueblo esclavo.
[1] Obras Completas Andrés Bello. 1982.
[2] Obras Completas Andrés Bello. 1982. P XXII
[3] Fue uno de los maestros del Libertador Bolívar, el forjador de su ideario emancipador. Humanista, rebelde, con una extraordinaria profundidad filosófica, fue activo masón, que supo llevar la luz del raciocinio a las más apartados comarcas del Nuevo Mundo.
http://letrasyalgomas.foroes.net/t12894-simon-rodriguez-educador-y-formador-de-hombres-libres.foroes.net/t12894-simon-rodriguez-educador-y-formador-de-hombres-libres